La vida no es un musical. Pero podemos soñarlo

El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma. (Arthur Miller)

Esos locos fantasmas, de Guión y Cuenta nueva. Fotografías: Néstor Chprintzer

Esos locos fantasmas, de Guión y Cuenta nueva. Fotografías: Néstor Chprintzer

Cuando era pequeña, más pequeña aún, hubo un tiempo en que pensé que la vida era un musical. Me sentaba los domingos en el sofá junto a mi hermana y, mientras ella admiraba un libro inolvidable de castillos de España, yo me quedaba atrapada ante la televisión, viendo y escuchando Zarzuela. Me encantaba y hasta movía las manos, como si fuera una artista, de revista. Pero no entendía por qué no llegaba el tiempo en que todos cantaran y bailaran, convirtiéndome en una ciudadana más de aquel musical. El tiempo de las palabras habladas se estaba alargando. En la universidad, mis mejores amigos conocían este “secreto mágico”, y un día me sorprendieron saliendo desde el ángulo de una calle, cantando y bailando con diferentes ritmos. No pude tener un regalo mejor.

Desde que sé que se habla y se actúa mucho, y se canta y se baila poco, admiro a quienes saben poner música a esas palabras que no pueden dejar de decirse ni de inspirar las emociones más sublimes.

La Zarzuela y la Ópera son, quizá, antecedentes del musical en España, donde en la última década no se crean muchos musicales originales y de producción propia. Las franquicias importadas de Broadway o del West End pululan como manera de abaratar la producción, y con el fin de evitar el riesgo de saber si el espectáculo va a funcionar. En los 80 Jesucristo Superstar, El fantasma de la ópera, Los Miserables o Evita rompieron esquemas, enganchando al público. La cantante Mia Patterson, autora del libro 75 años del musical en España (Ediciones Autor) sitúa el comienzo de la edad dorada en nuestro país en 1997, con El hombre de La Mancha, de Gustavo Tambascio, con Paloma San Basilio y José Sacristán. Y lo cierto, es que en estos últimos años el musical está de moda, y el público que viene a Madrid lo hace para ver uno de los grandes espectáculos de la Gran Vía, con decorados y vestuarios deslumbrantes donde no siempre la calidad es lo que prima.

Perpendicular precisamente a la Gran Vía, en el Teatro Lara, me atrevo a decir que se puede ver uno de los más modestos musicales, de pequeño formato, y además para niños y adultos, mejor realizados que he visto últimamente: Esos locos fantasmas, una producción de Guión y Cuenta nueva. Una compañía formada por el dramaturgo, guionista y director canario Juan Carlos Guerra (con más de 40 obras a sus espaldas, Clapsomanías, Las aventuras de Caperucito Feliz y la bruja feroz, Un sueño de amor, El loco, loco crimen de la Mona Lisa, Toda una vida, El Halcón Maltés, el musical, Un Cuento de Hadas, Scaramouche, el musical, entre tantos otros); el prolífico y polifacético actor y compositor asturiano Jorge Ahijado (diferentes montajes de Iguana Events, Anás en Jesucristo Superstar, Mowgly en El libro de la Selva, Banzai en El rey león, y un músico y compositor con un recorrido musical tan amplio como sólido al que hay que seguir de cerca; ahí están sus temas de “Grandes éxitos” de Ahija2, y la variedad de bandas y grupos musicales que ha formado o a los que ha pertenecido, desde Shivá hasta Anillos de diamantes); a su lado la excelente actriz y cantante de increíble voz Paula Guida (formada con Cristina Rota y J. C. Corazza, que tan pronto se la ha podido ver en obras clásicas como Arlequino, servidor de dos patrones o Medea, entre otras; en obras de producción propia, Hasta que tu muerte nos separe, Nunca abras a un extraño o Una muerte en tu destino, y en más de una decena de musicales con Iguana Events: Annie, Silencio se rueda, La vuelta al mundo en 80 días, La revolución de los juguetes; en el cine bajo la dirección de Miguel Ángel Cárcano o como ayudante de producción en El libro de la selva, Piratas en el Caribe o Érase una vez, el musical de los cuentos. También forma parte de diferentes bandas de música, algunas al lado de Ahijado, con las que ha girado por las salas madrileñas más conocidas, y de formaciones infantiles como Los ratonautas y las banda del queso); y el escenógrafo, dibujante, diseñador e ilustrador David Villaécija.

Un musical de pequeño formato y de gran calidad: Esos locos fantasmas

Un musical de pequeño formato y de gran calidad: Esos locos fantasmas

Esos locos fantasmas es un musical familiar, que narra la historia de una niña huérfana (interpretada por Ruth Ge/ Teresa Lozano) que, huyendo de la policía tras haber robado una sandía para comer, se esconde en un viejo teatro, todo un cementerio de personajes muertos. Allí se encontrará con los fantasmas de esos personajes que fueron abandonados por los actores (Comedia, Drama, Melodrama), figuras llenas de magia y encanto que, lejos de dar miedo, le mostrarán las maravillas y los entresijos del mundo del espectáculo, a través de un maravilloso viaje alrededor de la escena. La niña y sus nuevos amigos vivirán una aventura llena de anécdotas y se enfrentarán a “Espectro”, el fantasma de los personajes malvados. Sin embargo, una noticia inesperada hará que todos los fantasmas se unan por un bien común: impedir la demolición del teatro.

El teatro y la cultura: un bien común que es preciso cuidar

La historia es divertida, con un guión cuidado, ágil y con buen ritmo dramático (solo tiene un mínimo momento bajo durante la lucha de espadas entre Espectro y Melodrama). Los personajes están tan genial e inteligentemente definidos que es difícil despegar la atención. Pero si Esos locos fantasmas es un musical de primer nivel tan divertido como audaz es porque precisamente es un montaje metateatral sencillo e interpretado por sólo cinco actores, que trata sobre la magia del teatro: ese teatro que es grande y en el que está contenida la humanidad, sus emociones y sus miserias, capaz de impulsar la imaginación del público, testigo de sus sentimientos más altos o más primitivos. Es el espíritu del teatro el que fluye entre los actores y los espectadores, el de los personajes inmortales, héroes eternos que acompañan al ser humano a lo largo de la Historia, surgidos de la creación y del ensueño. Por eso deja tan buen sabor de boca. Es emocionante, porque habla de la magia del teatro, de lo que es capaz de proyectar y de revivir y contiene un mensaje claro: El teatro y la cultura pertenecen a todos, son un bien común que es preciso cuidar. Y también fomentar desde la infancia.

Comedia y Dramón, en armonía..

Comedia y Dramón, en armonía…

Esos locos fantasmas, que en su segunda temporada en el Lara se puede ver en la mañana de los domingos, se estrenó en su versión “corta” en el ciclo “Por un micromusical” de la sala Microteatro por dinero. Un concurso nacional en el que fue elegido por la mayor productora de musicales en España, Stage Entertainment, entre más de cien piezas. La breve obra tuvo tanto éxito que volvió a programarse en esta misma sala en enero de 2015, dentro del ciclo “Clásicos de Microteatro”. Aquel montaje de microteatro es hoy un musical donde todo está inteligentemente medido, hasta el tiempo: una hora y cuarto de función que pasa inadvertida, y en la que cada minuto está aprovechado.

Todo está cuidado en este entrañable espectáculo, hecho con amor al teatro. Comedia (Jorge Ahijado) y Dramón (Fernando Samper, tan buen actor como cantante: Annie; Jekyll & Hyde; Garfio en Peter Pan, el musical; Kashoggi en We Will Rock You; Evil Dead, el musical; Sweeney Todd, dirigido por Mario Gas; Bob Esponja: la esponja que podía volar, en el papel de Calamardo) también representan al Augusto y al Carablanca, los payasos del circo tradicional, envueltos en un vestuario divertido y un maquillaje original, creativo, con una estética donde la imaginación prima y unas voces perfectamente opuestas y bien hermanadas. Melodrama es como una menina que tan pronto encara el “nunca más volveré a pasar hambre” como nos invita a entrar en ese mundo de los grandes personajes femeninos: la Medea desterrada, la Julieta “que ama discreta hasta un trágico final”, La Reina de las hadas, el espíritu de esas grandes mujeres que forman parte del acervo teatral. Y no puede estar mejor interpretado por Paula Guida (también directora de actores y coreografías), que puede lanzar un gorgorito operístico con su voz de soprano o sollozar debido a su amor oculto por Espectro (Baol Bardot Bulsara, un actor y cantante, con carismática voz, de larga trayectoria; voz del grupo CanciónAnimal, arreglista de Ahija2, corista y solista con la banda de rock Mägo de Öz; actor y cantante en Rent, el musical, Shere Khan en El libro de la selva, El espíritu de Broadway, We Will Rock You, La vuelta al mundo en 80 días, La leyenda de Nubia, entre otros): el malvado, un personaje triste, solo, acaso frustrado, sin contrincante que le proporcione su identidad, enfadado porque el público ha dejado de ir al teatro y el teatro se muere, así como el espíritu de los personajes, abocado al olvido en un escenario abandonado. Espectro también está enamorado de Melodrama, pero nadie le ha enseñado a amar y a hablar con el corazón, así que la niña (preciosa voz la de Ruth Ge, Candy en el grupo infantil Pinturilla y la Pandilla Vainilla y que ya ha demostrado su buen hacer en La Kalabaza de Pippa, La ratita presumida centro estético, Blancanieves, el musical, o Hansel y Gretel, el musical) es quien le guía para conquistarla. Y es que en todas las tramas, siempre hay una historia de amor.

Surgido del amor al teatro

¿Se amarán Espectro y Melodrama? Todo se sabrá en el Teatro Lara

¿Se amarán Espectro y Melodrama? Todo se sabrá en el Teatro Lara

Esos locos fantasmas es un musical donde todas las voces están cuidadas y empastadas, ninguna destaca entre las demás y todas destacan a la vez, en una armonía coral perfecta. La música es genial y se pueden escuchar desde un Foxtrot, reminiscencias de la música Funk o Pop rock, hasta los ritmos pegadizos de los 80. De hecho en las notas altas que entona Baol B. Bulsara parece revivir a Tino Casal. Algunas de las músicas están extraídas del último disco de Ahijado, “Sin excusa”, pero con las letras de Juan Carlos Guerra y Paula Guida, y arreglos diferentes (he ahí la balada “Cambia el destino” -que tanto le gusta a Julia, y cuyo estribillo canta sin parar a sus 3 años, mientras baila y agita las manos- “Decimos bu y corres” o “La función”, de los temas “Perdido”, “La mínima” o “Beatiful Day”, respectivamente). Son canciones redondas, con letras divertidas y cargadas de emoción surgidas del amor al teatro. Incluso el tema “El telón nunca caerá” (“no pasarán/ este teatro he de salvar/ nuestra misión/ es defender la libertad/ juntos venceremos/ la función va a continuar”), casi un canto de lucha hermanada para defender el derrumbamiento de un teatro a manos de las instancias políticas, tiene el riesgo de convertirse en aquel “No nos moverán” (We Shall Not Be Move) de Joan Baez que “Verano azul” popularizó en aquella época dorada de mi infancia.

Esos locos fantasmas es un viaje a la imaginación y a la realidad al mismo tiempo, un musical que también habla de la responsabilidad del ser humano ante su vida, de la capacidad para cambiar su destino y reescribir su historia, para reinventarse a sí mismo, para ser libre. El teatro es grande, sí, por eso este espectáculo es a la vez un homenaje a la creación y al trabajo que hay detrás de una obra, al escritor que inventó esas mil historias y personajes, dándoles vida e inmortalidad. Y por supuesto al sueño del actor que los encarna con todo su ser y que vive en el escenario una aventura diferente cada día. Un homenaje a la profesión y una dedicatoria a ese público que vibra y con el que comparten la función.

Portada del disco de Esos locos fantasmas.

Portada del disco de Esos locos fantasmas

Esos locos fantasmas es un grupo de amigos unidos por el arte, donde hay poesía, teatro y música. Es difícil encontrar montajes para niños de calidad en los que los adultos también tomen parte y compartan guiños. Éste es uno de ellos. Y el disco, que acaba de ser publicado, y que contiene las canciones del musical y una versión karaoke de cada tema -nos lo advierten-, no se compra en “MediaPrimark”. Pero se pueden hacer colas en el hall del teatro.

Al final, solo queda “una ovación, un regalo. Porque gusta la función”.

Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=bZeMypthWW0

 

Acerca de Alexis Fernández

Me llamo Alexis, soy periodista y experta en comunicación cultural. Trabajo desde hace doce años en el ámbito de la comunicación de las artes escénicas y de la música, pero antes he ejercido como reportera a pie de calle y a mano siempre de un bolígrafo, como redactora de Cultura y Espectáculos y también como discreta crítico de teatro. Puedo decir, modestamente, que mi experiencia me avala, que algunas cosas ya las he visto y otras aún no alcanzo a ver. Pero, al igual que me conmueven las vistas desde una montaña y los tejados, me gusta sentir que estoy en la Summa Cavea de un teatro -el lugar destinado antiguamente a las mujeres y los niños, la parte de arriba-, mirarlo todo desde allí, sin prejuicios, contemplar un pedacito de mundo contenido en un escenario y disfrutar...
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5 respuestas a La vida no es un musical. Pero podemos soñarlo

  1. tributoasoda dijo:

    Espectro dice…

    Mil gracias por tu cuidada, documentadísima y hermosa reseña!

    😉

    • Muchas gracias a vosotros, Espectro y todos esos locos fantasmas, por hacernos pasar una mañana divertida, por sorprendernos, por todo ese talento que demostráis en cada función. Mucha suerte, os seguiré de cerca

  2. tributoasoda dijo:

    PD: Todos los Fantasmas estamos encantados!

  3. Maravilloso es leer tus palabras y saber que vale la pena soñar, vale la pena luchar por lo que pensamos y vale la pena sentir el arte muy dentro. Muchas gracias por vivir, disfrutar, por sentir y compartir… Y por muchas más aventuras!!!!

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